Como ya lo había referido en una columna anterior, a Ana Karen Parra le quedó súper híper mega grande el puesto de presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), y no es mal plan, es la verdad.
Si bien ella asegura que está atendiendo los temas que dejaron rezagados sus antecesores y tratando de enderezar lo que hicieron mal, lo cierto es que no ha podido contener la furia de quienes aseguran que la activista a violentado sus derechos, revictimizando a las víctimas o está poniendo hasta abajo de la pila de papeles sus expedientes o de plano los está botando al bote de basura.
Tal es el caso de feministas que por solo denunciar que sus expedientes fueron enviados a la comisión nacional en Ciudad de México, no ha podido contener esa situación que con una simple platicadita podría quedar.
Pero, ah no, la señora Parra prefiere mandar a la visitadora general al matadero antes que tener que enfrentarse a mujeres enojadas sabiendo que ella hizo mal al no comunicarles previamente que sus expedientes serían desechados o enviados a la capital del país.
La verdad es que la ombudsperson emanada de la sociedad civil ha actuado como mejor le parece y no conforme lo marca la ley, pues todo mundo sabe, sin ser expertos, que antes de tomar una decisión sobre algún expedientes, debes informar al afectado antes de hacer cualquier cosa.
Es como si un juez desechará un juicio y no diera aviso al imputado ni a la víctima pensando que no pasa nada, no habrá más controversias en torno al caso y que en cualquier momento se van a enterar quedando satisfechos.
Pero bueno, el que haya salido huyendo Ana Karen Parra del Congreso del estado después de rendir su primer informe de actividades, es señal de que les tiene miedo a las feministas inconformes y qué hay algo más que unos simples expedientes archivados.
Incluso se atrevió la señora a utilizar a los trabajadores dela CDHEH como personal de seguridad para que no le fueran a lastimar su carita o cuerpecito o a jalar de la cabellera rosa que pagó con nuestros impuestos.
Eso debería de analizar alguien, porque los visitadores están para observar que no haya violaciones a derechos en marchas, manifestaciones y más, y no para crear una valla humana para sacar sana y salva a la señora Parra.
Pero lo que ensalza este caso es que hay videos en donde se observa a una mujer atorada en las rejas del acceso principal del Congreso, y aunque hay personal de la CDHEH observando e incluso hablando con la víctima, no permitieron que una cadena que atoraba la reja fuera retirada para liberar a la mujer.
Y esto solo para que no ingresaran y agredieran a su querida jefecita. Pero, ¿Este caso quién lo investigará? Porque a final de cuentas Derechos Humanos del estado afectó los derechos humanos de la mujer atorada en los barrotes al negar que se quitara la cadena para poder rescatarla.
Pero creo que la CNDH tendrá mucho qué ver en este caso que ya se le salió de las manos a la flamante activista que nadie quería para ombudsperson, pero que al final fue impuesta luego de que hubo por ahí situaciones que llevaron al Congreso a designarla como presidenta de la CDHEH.
Por último, no quiero que pase desapercibido el comentario de la señora Parra respecto al cuestionamiento que le hizo el diputado Julio Valera sobre su promesa de bajarse el sueldo, pues la ombudsperson, muy indignada, dijo que se trataba de una cuestión de género, porque antes no se hacía esa pregunta a sus antecesores, pero lo cierto es que ella viene de la organización civil y ella solita dijo que los que encabezan la CDHEH eran corruptos y que ella no seguiría sus pasos y por eso se bajaría el sueldo.
Pero como todo mundo se acostumbra a lo bueno, pues ella no fue la excepción y ahora no quiere soltar ni un solo peso de su mega sueldazo, porque sino ya no tendría para ir a estéticas carísimas, por cierto, para pintarse su cabello de mil colores usando tintes fifís y riéndose con su estilista sobre las maldades que hace desde una instancia que debería velar por los derechos de los hidalguenses.
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