No han cumplido ni un mes en sus cargos los nuevos integrantes de los ayuntamientos y ya una veintena de alcaldes con sus asambleístas dieron espaldarazo al gobernador para trabajar de la mano y “en favor de la ciudadanía”, pero ¿eso es éticamente válido?
Se supone que el gobernador debe gobernar para todos, no para unos cuantos, y aunque uno no concuerde con sus ideales o forma de gobernar, deben tener derecho a recibir apoyos, recursos en pro de la población, pues Hidalgo somos todos, no solo los de Morena.
Aunque en muchos medios se leyó que los alcaldes y regidores de oposición, como PRI, PAN y MC, así como PT y PVEM, se sumaban al proyecto del gobernador morenista Julio Menchaca Salazar, y que lo apoyarían en lo que fuera, los dirigentes del blanquiazul y el tricolor negaron que renunciaran a su militancia partidista, pues solo se sumaron al gobierno actual para obtener más y mejores beneficios para sus municipios.
Sin embargo, muchos medios celebraron por lo alto que los de oposición se sumaran, pues eso le da más fuerza al partido, no al gobierno.
Pero la pregunta es, ¿por qué se suman?, pero sobre todo por qué a días de haber asumido el cargo. ¿Hay alguna especie de plan por enaltecer la imagen de quien ocupa la oficina de cuarto piso del palacio de gobierno?
O será que en verdad temen que les quiten o nieguen algo. Solo les recuerdo que Morena va a pasar de moda tarde o temprano y volverán a las filas del PRI o PAN rogando una candidatura, pues aunque en Morena no la rogaron, porque se llenó de oportunistas y de eso vive hoy en día, pues cuando regresen a casa sí tendrán que luchar de nuevo por un espacio.
Tal vez los 20 alcaldes que se sumaron al proyecto del Ejecutivo Estatal no quieran sumarse a las filas de Morena, pero al final harán lo que ellos digan.
El próximo martes continuará el proyecto de “transformación” de Andrés Manuel López Obrador con Claudia Sheinbaum, y ya veremos cuántos lambiscones salen a relucir.
Pues así como lo hicieron con el tabasqueño, así será con la que viene, puro confeti, aplausos, porras, decir sí sin preguntar a qué y demás. De nuevo tendremos un gobierno de adorno, que negará todo lo que haga mal, la inseguridad, la falta de agua, apoyos y demás.
Lo que espero que cambie, entre otras cosas, es el discurso de odio hacia la prensa, porque eso sí que estuvo fuerte en el sexenio que acaba; así como su desacreditación al trabajo periodístico.
Ya no habrá excusa de que le dejaron mal el país, porque se supone que AMLO debió dejarle la mesa puesta, así que esperemos que todo mejore y demuestre que como mujer puede gobernar mejor que un hombre.
Pondré un voto de confianza en ella porque es mujer, porque si nos vamos por partido, dudo mucho que haga algo por el país.
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