Tal parece que el exgobernador Omar Fayad Meneses solo alborotó al gallinero para que renunciaran al PRI bajo la promesa de que encontraría la tierra prometida y a todos les iría bien, pero la realidad es otra.
Si bien, en un primer comunicado el Grupo Plural Independiente (GPI) aseguró que el Partido Verde ya les había cedido algunas posiciones para el proceso electoral en curso, el partido del tucán salió a desmentir tal aseveración y dijo que ni mais, que aún están analizado perfiles y que nada es seguro a estas alturas del partido.
Pero la verdad es que aún ni siquiera hay reunión con Morena para saber en qué municipios y distritos electorales locales irán en candidatura común, y no vaya siendo que prometer al enemigo en casa se caiga las negociaciones que aún no se hacen.
Pero más bien creo que Morena se está haciendo del rogar para imponerse ante sus aliados, y de no lograr un acuerdo irá solo, que es a lo que le apuesta, porque está más que confiado en que se llevará carro completo en esta elección. Tan es así su pensamiento, que por eso no le da importancia a la probabilidad de reunirse con los dirigentes de los partidos que en su momento fueron sus aliados.
Pero regresando al GPI, ahora resulta que el ex-gober precioso ya dijo que siempre no va por la candidatura al Senado, que porque su mamá dijo que siempre no, porque debe cumplir con la encomienda que hace un mes le dio el presidente de México.
Pues por un lado está bien, que no ande como los morenistas cambiando de chamba como cambian de calcetines; pero por otro, sí me hubiera gustado que hubiera tiro entre Caro Viggiano y él, para que la señora comprobara que la veracidad de la palabra de Fayad, de que jamás le ganará en las urnas.
En fin, Omar Fayad se queda con su embajada y su grupo se desanima porque ya no saben si estaban mejor con melón o con sandía, ya que mientras el PRI sigue reciclando perfiles viejos, pero “con experiencia”, como ellos dicen, en el Verde ya les dieron la vuelta y los están dejando como novia de pueblo, vestida y alborotada.
La salida de Fayad pudo obedecer a un berrinche al echarse para atrás el Verde y romper el acuerdo al que habían llegado, o tal vez le llegaron al precio o descubrieron su mayor temor, que por eso el exgobernador decidió hacerse a un lado.
Lo cierto es que tal vez el 99 por ciento de los integrantes del GPI se queden sin hueso este año y tengan que esperar hasta el próximo proceso electoral, por eso deberán estar trabajando a marchas forzadas para lograr cabida en algún partido y no ser los apestados, como le está pasando al pobre de Israel Félix, quien nomás no encuentra nuevos amiguitos.
Por lo que respecta a Morena, se está convirtiendo en el América de los partidos políticos, pues al tener un dirigente estatal arrogante, grosero, pretencioso y ambicioso, lo único que hace es hundir el barco bajo la creencia que lo está sacando a flote, pero sin darse cuenta que por no ponerle atención a las fisuras que está provocando, eso podría acarrearle problemas que podrían llevarlo al fondo del mar.
Por otra parte, está la negativa del gobierno de darles más espacios públicos a los partidos para la colocación de su propaganda electoral, pero eso sí, seguiremos viendo espectaculares abarrotados de lonas morenistas, bardas de Morena, postes con publicidad morenista, entre otras cosas más.
La realidad es que no hay piso parejo para los partidos, Morena lleva la ventaja por todo el poder que tiene ahora en todos lados. Morena se está convirtiendo en lo que juró derrotar, está haciendo las mismas prácticas que su compañero tricolor de enfrente; sus preceptos de no mentir, no robar y no traicionar son solo un eslogan sin sentido para ellos; primero el pueblo no les significa lo que para el pueblo en realidad es. Vemos funcionarios en campaña cuando ellos eran los primeros en denunciar esas prácticas.
Creo nadie les ha prestado un espejo, porque no están viendo que son igual o peor que su antecesor; su eslogan debería ser “Ódiame más”, y sus colores deberían cambiar por verde, blanco y guinda, si es que quiere diferenciarse un poco.
El GPI va ya perdió el camino y no sabe a dónde ir, mientras que Morena va directo al iceberg con los ojos cerrados confiado de que su suerte lo salvará.
Ya estamos a semanas de las campañas y, además de llenarnos de basura publicitaria, seremos bombardeados con los discursos de siempre, las promesas de siempre, los besos y abrazos forzados de siempre. Dirán que se interesan por el bienestar del pueblo, pero la verdad es que solo piensan en el suyo y el de sus familias; todos se echarán tierra, mientras se echan flores, pero la verdad es que eso no importa, la labia es la que ganará, y eso no funciona, el uso excesivo de la imagen del presidente de nuevo hará su magia como lo hizo en 2018, pues nadie conocía a sus candidatos, pero sí a AMLO.
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