Conoce el mítico Museo de los Duendes.
- diarioentrelineas
- 17 jul 2022
- 3 Min. de lectura
Ubicado en el kilómetro 2.5 del pueblo mágico de Hidalgo, Huasca de Ocampo, el Museo de los Duendes es un sitio histórico y lleno de fantasía que debes conocer para abrazar la cultura hidalguense en su máximo esplendor.

Fundada en 1999 por Cristina Cortés de Herwig, el museo cuenta con la recopilación de testimonios, decenas de imágenes e historias míticas que respaldan la existencia de los duendes, unos seres energéticos de pequeño tamaño que conviven con los humanos desde hace mucho tiempo, e impulsan las creencias mitológicas de la región.
Al inicio del recorrido, en el centro se encuentra un círculo energético para cargarse de energía positiva, así como varios cuarzos que absorben las energías negativas y un péndulo en la parte de arriba ayuda a regularizar la energía, después, la persona debe pararse en el centro, con dirección hacia la puerta y ojos cerrados con pensamientos positivos durante 15 a 20 segundos para comenzar de forma correcta esta experiencia tan única en su tipo.

De inicio a fin, este sitio te sumerge en un ambiente lleno de fantasía que te hará imaginar el mundo de los duendes, uno donde son llamados por distintos nombres como gnomo, chaneque, troll o elfo, y que a pesar de tener distintas identidades y rasgos físicos, todos se encuentran en misma dimensión y poseen la misma energía.
Dentro de las cuatro paredes del museo, los duendes son exhibidos y son seres de energía que se materializan y desmaterializan en el momento que deseen. La palabra “Duende” significa Amo de Casa o Dueño de hogar, por lo que la mayoría de nosotros contamos con uno en casa y hemos recibido su visita cuando los objetos cambian de lugar, cuando detectamos movimiento de reojo o incluso cuando un caballo aparece con el cabello trenzado, y cuando el corcel amanece cansado o sudado, es porque un duende lo corrió durante la noche.

Los testimonios recabados en el museo son diversos, sin embargo destaca el de un sacerdote de Metztitlan que aseguró ver a un pequeño niño de 15 cm tomando agua con sus manitas, dando marometas y carcajeándose de risa. Asimismo, el testimonio de habitantes que aseguran ver a un niño completamente desnudo de 60 a 70 cm, el cual decide no vestir ropa para mostrar que no cuenta con el conito en la cabeza, cola larga, ni orejas puntiagudas como comúnmente se cree que son.
Sin embargo, el duende más grande visto en la región fue uno de un metro 20 centímetros, quien los mineros aseguran, vestía botas, casco, lámparas, y ayudaban en las labores a cambio de comida y bebidas alcohólicas como pulque, mezcal y tequila.
Cómo toda la vida en la tierra, el lado femenino no puede negarse, y en el caso de los duendes, las féminas son conocidas como las duendinas, quienes son la relación entre las hadas y los duendes, pues las hadas son duendinas que pidieron el don de volar y les fue concedido, unas alas creadas de diversos materiales que puede encontrarse como evidencia en el museo.

Aún con todo lo anterior, la fabulosa vida de los duendes continúa y entre sus dones se incluyen las visiones del futuro a corto, mediano y largo plazo, mismas por la que suelen esconden las llaves del carro y buscan prevenir que una tragedia ocurra.
El Museo de los Duendes es un espacio con tres salas que provocan la misma ilusión que un niño, su ambiente fabuloso y mítico convierte la mente más cerrada en una abierta y positiva que alimenta la mitología local y el mundo fantástico de Hidalgo; uno en el que si deseas agradecer a los duendes su presencia, debes dejarles dulces, semillas de girasol, un vaso de agua o un vaso de vino en signo de gratitud de acuerdo al máximo museo de duendes de Hidalgo mágico.


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