"Por su propio peso"
- Antonio Díaz

- 10 ago
- 3 Min. de lectura
Columna: La Rueda de la Fortuna
Siempre ha habido, hay y habrá situaciones y personajes que se dan a conocer por su forma de actuar; muy pocos con buenas acciones, pero el resto por la manera en que aprovechan hasta la menor de las circunstancias para enriquecerse a manos llenas, favorecer a sus amigos, compadres, hermanos y todo lo que les pueda generar un beneficio económico, sin importar a quién o a quiénes afecten, porque, en realidad, el beneficio colectivo es lo que menos les interesa.
Uno de los mejores ejemplos de que las cosas caen por su propio peso es lo que ocurre con muchos, o la gran mayoría —por no decir todos—, los presidentes municipales y uno que otro, por no decir el 99.9 por ciento de los funcionarios, principalmente aquellos que, al hundirse su partido, el casi desaparecido Revolucionario Institucional, decidieron saltar a Morena, donde fueron arropados y, con tanta suerte, que hasta cargo público lograron.
Si alguien tiene duda, solamente pregunte al expriista que, en su momento, en el Congreso local destacó por hacer todo lo posible para que la primera legislatura local de Morena no lograra el cambio en el Poder Legislativo del estado. Después, extrañamente, ya vestía un chaleco guinda de Morena como buen “chapulín” —una disculpa a los animalitos por la comparación—, y hasta logró ser colocado ni más ni menos que como delegado de la oficina de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, con un sueldo muy envidiable y con facultades para hacer lo que quiera.
De los daños que ha causado en ese espacio público, al que nadie sabe por qué razones, méritos, compadrazgos o quizá amiguismos lo impulsó Morena —donde nadie miente, nadie roba y mucho menos traiciona—, ya comenzaron a verse en la región de Tlaquilpan, donde este personaje, al que parece que no le revisaron las manos ni le cortaron las uñas al acercarse a Morena, ha comenzado a demostrar lo que realmente es y lo que sabe hacer con el poder de estar en un espacio público.
Y eso es lo que apenas se ha comenzado a ver; falta saber qué es lo que realmente hace detrás de la puerta de su oficina, donde lo seguro es que no es nada bueno, al menos para la población, porque para él queda más que demostrado que cayó en blandito y donde hay de todo como para hacer lo que sabe hacer, con la complacencia de sus “amigos” de Morena, quienes obviamente tendrán que recibir algo a cambio, porque ese es el estilo de don Valera Piedras.
Otros de los lugares en los que las cosas y personas demuestran más que rápido lo que realmente son es, ni más ni menos, en los municipios, donde la gran mayoría de presidentes municipales, desde un inicio y al sentirse como si fueran reyes o intocables, además de sumar recursos a sus arcas personales, ya hasta se dan el lujo de festejar a sus hijos e hijas —principalmente— con sus bandas musicales favoritas. Si no, solamente pregúntenle a don Febronio de Tianguistengo.
Ante situaciones como esta última, hay quienes se preguntan si acaso no hay quien los vigile y, por lo menos, les ponga un correctivo para que no sean tan evidentes y que, al menos con algunas acciones de beneficio social, les den “atole con el dedo” a sus gobernados, como se hacía antes, quienes hasta creen que van a estar toda la vida en el mismo cargo o que lo van a heredar a sus hijos —ni que fueran Viggiano o algo así—.
La triste realidad es que sí hay quienes les corrijan la plana, pero, al parecer, les tienen miedo o bien reciben su “mochada”, porque, con su pasividad, no demuestran otra cosa. Estos personajes ocupan cargos como el de secretario de Gobierno, que dice llamarse Guillermo Olivares, quien se comenta que hasta quiere ser gobernador, pero así, con esas actitudes —no aptitudes, que es muy diferente—, le quedarían muy grandes los zapatos del actual gobernante. Y el otro que puede, pero que al parecer no quiere hacer nada, se llama ni más ni menos que Andrés Velázquez, de quien su trabajo en el Congreso del Estado dice todo y da las razones por las que no hace nada. Es muy simple: en la legislatura actual tampoco ha hecho nada. Que él mismo lo diga, pero mejor no, porque lo va a querer presentar como si fuera todo un informe de grandes logros, algo que nadie le cree. Por ese camino, sí va a destacar, pero como el peor presidente de la Junta de Gobierno del Poder Legislativo… si no, démosle tiempo al tiempo.










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