"Nadie toma en cuenta al dirigente del PRI".
- Fernanda García
- hace 11 horas
- 2 Min. de lectura
Las renuncias siguen a la orden del día dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Hidalgo, pero tal parece que salen por la puerta de atrás, pero anuncian que lo hacen por la puerta de enfrente.
Y es que ahora resulta que todo mundo se va sin avisarle, mínimo por cortesía, al dirigente estatal, Marco Antonio Mendoza Bustamante, de lo que pretenden hacer públicamente; mínimo para que sepa qué responder cuando la prensa le pregunte sobre los rumores.
El dirigente parece que solo está como representante del partido, pero como un verdadero líder partidistas, porque nadie lo toma en cuenta. O tal vez sea que como es ahijado de Carolina Viggiano, muy allegada a Alito Moreno, a quien nadie quiere, pues por eso nadie le da su lugar como dirigente estatal.
Cuando se fueron los hermanos Rojo, se le cuestionó a Mendoza Bustamante sobre el tema, pero aseguró que eran amigos y que no sabía nada al respecto, pero horas después José Antonio confirmó los rumores y anunció su renuncia al partido.
Luego se le cuestionó sobre los rumores de la salida de Benjamín Rico y dijo que eran íntimos y que en recientes reuniones no había manifestación de salid o intenciones de dejar la casa.
Pero días después confirmó su salida, aunque en esta ocasión cambió su argumento, diciendo que era porque el PRI se alejó de la población y solo vela por sus ideales partidistas.
De Paco Olvera se dice lo mismo, que se va, y aunque Marco Mendoza asegura que el trato es bueno y de confianza para que el exgobernador externe su posible salida, asegura que hasta el momento no hay nada.
Pero Paco Olvera ya andada buscando acomodo en otro lado.
Aunque el barco del PRI sigue a la deriva, los priístas se niegan a abandonarlo, con la esperanza de que vuelva a tomar el rumbo y ser el PRI que arrasaba en las urnas cada elección.
Pero la realidad es que tenemos un nuevo PRI (el Primor) y aunque desearía que su reinado concluya ya, sé que eso no va a pasar en lo inmediato, tristemente; pero esperemos que no dure 90 años como el PRI.
Y mientras Marco Mendoza siga viviendo en su PRI ideal, en donde todo es amor y felicidad y todos están contentos con el partido, seguirán pasando de largo los desertores sin avisarle a su dirigente de la decisión, que según ellos, es irrevocable.
Ya veremos cuántos más siguen dejando al PRI, pero también cuántos perfiles nuevos por fin tendrán la oportunidad de salir a la luz luego de que los viejos cuadros por fin dejarán espacio.
Que el cierre de 2025 nos sorprenda sobre el juego que van a hacer los partidos políticos, pero sobre todo que 2026 nos sorprenda aún más con las traiciones, mentiras, soberbia y demás que van a aplicar con miras a 2027 para la elección de diversos cargos públicos.






