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"Malas combinaciones y estrategias"

  • Foto del escritor: Antonio Díaz
    Antonio Díaz
  • 27 oct
  • 3 Min. de lectura

La Rueda de la Fortuna


Mucho se ha dicho, se dice y se dirá de la actuación de algunos integrantes de la administración pública, que solamente han demostrado que le quedan a deber a la población en cuanto a respuestas, no solamente a sus demandas, sino mucho más en lo que tiene que ver con atender emergencias como la de las lluvias, que según se dice, causó estragos de diferentes niveles en al menos una treintena de municipios, donde, desafortunadamente, en algunos casos no habrá posibilidades de que sus habitantes regresen debido al grado de devastación.


Pero por lo que se ve en el actuar de algunos servidores públicos, sin importar si llegaron al cargo con el voto ciudadano o fueron invitados por sus “amigos”, hay casos realmente patéticos, como el protagonizado por la senadora Paloma Simey Olvera, quien después de haber sido vapuleada en redes sociales —donde presumía estar supervisando la labor de los cuerpos de seguridad y rescate con los zapatos bien limpios—, ni tarda ni perezosa y seguramente muy a su pesar, salió a tomarse una nueva fotografía con pala en mano y lodo en los zapatos. Lo cual ya ni en su casa le creyeron, además de que eso solamente la hace ver como una persona hipócrita que únicamente está en espera de una desgracia para salir a atraer los reflectores. Y como ya nadie le cree ni le hace caso, pues su fotógrafo personal le toma las fotos y las sube a sus redes sociales.


Otro de los casos en que los actores políticos buscan lucirse y lucrar con las desgracias de los demás es en el Congreso del Estado de Hidalgo, donde se ha realizado una propuesta para reconocer al gobernador de la entidad su oportuna intervención en la atención a las personas afectadas por las lluvias. Esto solamente demuestra que el brillante legislador que hizo la propuesta quiere reivindicarse con el Ejecutivo estatal, y quién ha de creer que no sabe que esa es la labor para la que se le dio el voto ciudadano.


Otro de los actores que, según, busca escalar en la política estatal y ser tomado en cuenta para el máximo cargo del estado es el flamante secretario de Gobierno, Guillermo Olivares, el cual, por su actitud de soberbia, arrogancia, prepotencia y manera de responder a cada cuestionamiento, parece que, en lugar de buscar apoyo para su carrera, lo que desea es que sea visto tal cual, y que llegado el momento hasta sus colaboradores le den la espalda. Porque es de no creerse, pero su oficina destaca por constantes cambios, debido a que nadie lo aguanta; al parecer, hasta él mismo.


Y a todo esto, hay quienes pueden tener razón al referir que fue una muy mala combinación el haber dejado que en sus inicios Morena, que parecía o aparentaba ser un partido honesto, transparente y justo —sí, cómo no—, le abriera la puerta a convenencieros ex priistas, como un sujeto llamado Edmundo Ramírez, quien se jacta de haber sido trabajador de la construcción y, a base no de esfuerzo, sino de amigos en su antiguo partido, escaló a diputado, senador y hasta cónsul. Pero en realidad es un personaje de doble cara que, después de una larga trayectoria en el PRI, en el cual se asegura que no tuvo el valor de defenderlo, se pasó al PAN, donde fue candidato a presidente municipal de Ixmiquilpan con resultados desastrosos. Finalmente, encontró no solamente cobijo, sino cargo en Morena, y es alguien que por un lado dice ser tu amigo —así como el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Hidalgo, don Andrés Velázquez—, mientras que por la espalda da la puñalada.


De la misma manera se colaron a Morena muchos personajes más de otros partidos, quienes ahora, con cargos en el servicio público, algunos ni se atreven a abrir la boca —¿o no, señor Julio Valera Piedras?—, mientras que los verdaderos fundadores de ese movimiento han sido prácticamente ignorados y comenzados a hacer a un lado, o bien, en dependencias como es el caso del doctor Patiño, a quien, según algunos de sus colaboradores, no lo dejan hacer nada de nada, pese a ser un destacado científico. Pero así son las cosas en la política, y no queda más que esperar a nuevas elecciones para que se den cuenta de que la ciudadanía no es tonta, y que en este caso, si un partido tardó más de 70 años en ser sacado del poder, los de ahora van que vuelan para comenzar a perderse en su corrupción y sobrada soberbia.

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