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"Perseguidos y perseguidores"

  • Foto del escritor: Antonio Díaz
    Antonio Díaz
  • hace 22 horas
  • 3 Min. de lectura

Columna: La Rueda de la Fortuna


En las permanentes vueltas de la vida y de La Rueda de la Fortuna, que es esta misma, siempre ha habido y habrá perseguidores y perseguidos, como se ha podido verificar a lo largo de la historia, no solo del mundo, sino también de Hidalgo y hasta del más pequeño de sus rincones, donde hasta el personaje menos pensado llega a ser perseguido desde el momento en que llega al poder un personaje al que no le gustaron sus acciones, no lo favoreció o bien no le permitió hacer de las suyas, y que ahora tiene la oportunidad de perseguir y llevar a la cárcel y al desprestigio a quienes se interpongan en su camino.


Quizá a muchos les suene extraño que se presenten este tipo de acciones, pero en los últimos años este espacio no sería suficiente para mencionar solamente algunos de los ejemplos más emblemáticos en los que los verdaderos responsables no pagan los platos rotos y los más tontos son los que quedan exhibidos después de toda una “supuesta” serie de acciones legales, con las que al final los que persiguen quedan en completa impunidad y con el goce de todo lo que pudieron llevarse y que en realidad pertenece a la ciudadanía, que como siempre es la más afectada.


Uno de los casos más emblemáticos que están de moda es el que vive el excontralor César Román N., quien, luego de orquestar un robo de recursos a escala mayor, ahora es perseguido por diferentes autoridades. Pero sin tratar de estar de su lado, lo cierto es que hay muchas voces que tienen razón al señalar que este no pudo actuar solo, sin el apoyo, conocimiento y consentimiento de sus superiores, que en este caso fueron quienes estaban en el mayor cargo de poder de la administración pasada, quienes ahora gozan no del trabajo realizado, sino de lo robado. Sin embargo, no se dice ni se hace nada en su contra, lo que es una muestra muy clara de complicidad y no de desconocimiento, porque toda buena investigación lleva hasta donde todo inicia, pero lamentablemente hay casos y cosas que no se ven.


Y algo de lo que muchos funcionarios no ven es que, en estos momentos, son perseguidores, pero tarde o temprano van a estar del otro lado y van a saber lo que realmente es que el poder no es para siempre, y que tienen a alguien detrás de ellos que los va a vigilar muy de cerca.


Otro de los factores donde se dan estas situaciones y acciones, hasta con peores consecuencias hacia el erario y la ciudadanía, “una vez más”, es, sin temor a equivocarse, que desde los cargos de poder público se aprovecha todo tipo de situaciones para que quienes están en esos cargos, así como sus familiares, compadres y conocidos —suena conocido—, se enriquezcan a más no poder y dejen huellas como si los incondicionales fueran los responsables, lo que al final acalla en gran medida hasta los peores casos de fraude.


A todo esto, hay muchos que se preguntan: en el caso de la UAEH y el Estado de Hidalgo, ¿qué es lo que pasa?, ¿por qué desde su llegada a esa institución los Sosa Castelán la han hecho suya? También, si la misma estuviera en manos realmente del Estado, como se nombra, la trascendencia de esta casa de estudios estaría en peores condiciones. Pero en este caso, lo que se cuestiona es por qué no es realmente manejada por el gobierno estatal y sí por particulares, que hasta el momento parecen haber resultado más inteligentes que muchos gobiernos. No se puede pasar por alto que el gobierno de Omar Fayad tuvo toda la intención de quitarles los cotos de poder y el manejo de los recursos, pero, según se dice, era más que claro que en esa administración lo que se pretendía era el manejo de los dineros, que no son nada despreciables y que a los Sosa les ha permitido vida de reyes y salir bien librados.


Y pese a que nadie los ha podido tocar ni con el pétalo de una rosa, los Sosa Castelán buscan ser algo más peligroso en la vida política del estado al comprar el Partido del Trabajo, cuyos dirigentes, en el país y el estado, con el mayor de los descaros, quedaron del lado del mejor postor. Por lo que se dice que si dejan crecer al clan de los Sosa como lo han hecho con la UAEH, al rato nadie tendrá por qué quejarse. Tan tan.

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